Cada niño es un ser singular y único,
debemos de conocerlo en sus diferencias, apreciarlas y respetarlas.
Los primeros años del niño son básicos para su óptimo desarrollo,
tomando en cuenta su personalidad y aptitud de aprendizaje. Nuestra
responsabilidad es proteger, cuidar y preparar al niño en un ambiente que
brinde confianza y seguridad.